miércoles, 5 de septiembre de 2012

Contaminación minera en el Perú



En el Perú cuando se habla de proyectos mineros y de las empresas mineras se habla inmediatamente de su contribución en puntos adicionales al PBI, en millones de dólares en exportaciones, en tributación o en compras a las empresas nacionales, se piensa en las regalías que dejará, cuanto trabajo dará, etc. Pero ¿Quiénes son los dueños de estos centros mineros? Acaso no son los grandes señores de las finanzas y de las guerras, las grandes transnacionales dueñas del mundo corporativo, acaso no son éstas las organizaciones mercenarias de la oligarquía y del capital financiero, éstos son los bien llamados creadores de la mundialización de la pobreza; pues sí, ellos son los que pululan en estas tierras, son los amos del mundo cuyo objetivo principal -su razón de ser- es el obtener el mayor número de beneficios económicos posibles a costa de lo que sea, llámese daños al ser humano, daños a la biosfera, daños a los animales, etc. Una muestra significativa de que a estos amos del mundo sólo les importa acumular más dinero es lo que están haciendo en el Perú como consecuencia de la explotación de recursos no renovables y los incontables daños secundarios que estos ocasionan. La minería es responsable de gran cantidad de daños irreparables al medio ambiente acelerando así el calentamiento global.
En el Perú la mayoría de los yacimientos mineros se encuentran en las cordilleras de los andes, pre cordillera y estribaciones; esta geografía es la fábrica del agua, el hábitat de los ecosistemas que permiten la actividad y la vida aguas abajo, sin embargo a la actividad minera poco le importa esto. Cerca a ellas las mineras realizan sus trabajos de explotación, tenemos los casos de Yanacocha en Cajamarca donde numerosos estudios dan cuenta de la expropiación coactiva de tierras a campesinos, contaminación del río Porcon, de los canales Collatán y Quishuar con metales pesados además del derrame de 151 Kg. de mercurio en el centro poblado de Choropampa el 2 de junio del año 2000, afectando a más de 1200 personas, en su mayoría mujeres y niños, los cuales reclamaron atención médica especializada, limpieza de los rezagos de mercurio y un seguro de vida.
Está el caso de Cerro de Pasco que es víctima de la contaminación, y es fuente directa de enfermedades en la población, particularmente de los niños menores de cinco años (Tenemos el caso de Tais de 3 años, que posee 120 microgramos de plomo por decilitro de sangre, cuando el máximo permitido por la Organización Mundial de Salud, es de 10 microgramos y el resto de la familia Palma Carhuaricra, todos intoxicados por plomo en la sangre), a lo que hay que sumar la contaminación producida por las canchas de relaves, botaderos de basura, desmonte al aire libre, lluvia ácida y las fuentes de aguas contaminadas móviles y fijas. También tenemos en el “Plan L” plan de traslado, un claro ejemplo del accionar de las Empresas mineras en complicidad con el gobierno peruano el cual aprobó una expansión de la actividad de la empresa Volcan S.A. en 11,4 hectáreas, sumando las 140 que ya ocupa.. “Ahora, el pueblo de Chaupimarca, el corazón de Cerro de Pasco, tiene que desaparecer para que Volcan, la minera pueda extraer más zinc, plomo y cobre que yacen en el subsuelo”.
Este “Plan L” se dará debido a que en Cerro de Pasco, con alrededor de 70,000 habitantes, ya es imposible vivir porque la contaminación ambiental es general. Las zonas de Yanacancha, Paragsha, Ayapoto y Champamarca están contaminadas por la presencia de desmontes mineros y plomo (Alrededor de 250 niños del departamento de Pasco presentan de 18 a 20 microgramos de plomo por cada decilitro de sangre, índices elevados de contaminación para un menor); Quiulacocha, las cuencas de los ríos San Juan y Huallaga están afectados por relaves, mientras que la micro cuenca del río Tingo es un cadáver. Sus aguas totalmente contaminadas no albergan ningún tipo de vida. Este traslado demuestra en carne propia las consecuencias (ambientales y socioeconómicas ya que desaparecerá un pueblo entero y con él su historia) que genera la extracción minera y los métodos que para ello se usan, además queda claro que las empresas son las que controlan el poder político de este país, y que por sobre los intereses del pueblo de Pasco están los intereses económicos de Minera Volcan, para ellos es más importante la productividad que la vida humana, resultado que se obtiene gracias a este orden del mundo en el que nos encontramos. Es el Capitalismo Asesino, dictadura invisible de los señores de las finanzas. Contra la cual tenemos que decir basta, perder el miedo, organizándonos de manera libertaria para acabar con todas las relaciones de poder y luchar hasta su destrucción.
También está el reciente proyecto Toromocho en el departamento de Junín, la empresa estatal china Chinalco tiene previsto financiar el traslado de unos 5,000 residentes de la localidad de Morococha antes que inicie, en el 2012, las operaciones en su mina cuprífera de US$ 2.5 millardos, una de las más grandes del país. Está en Ancash la canadiense Antamina, específicamente en San Marcos, que no cesa de contaminar el Rio Carash, Juprog y Mosna, además crea disociación social al provocar un enfrentamiento con las comunidades de su entorno. La Oroya, en donde hay una fundición polimetálica, la Doe Rum Perú, la principal empleadora de la localidad, es responsable por peligrosas prácticas ambientales. Diversos estudios han revelado que 99% de los niños en la parte antigua de La Oroya tienen niveles de plomo en la sangre que superan los límites de la OMS. Niveles de plomo elevados en la sangre producen problemas de aprendizaje y daño neurológico. Los niños enfrentan un riesgo especial porque sus cuerpos absorben el plomo más rápido que los adultos. Minera Raura, Majaz, Tintaya, Santa Elisa, Barrick y un largo etc. Todas estas empresas tienen el mismo accionar: extraer todo de la tierra sin interesarles las condiciones medio ambientales, dejándonos como consecuencia contaminación rutinaria y accidental del agua superficial y subterránea, contaminando el suelo, el aire, la flora y fauna con residuos químicos, relaves, gases tóxicos, polvos, lluvias ácidas, destrucción de ambientes nativos, destrucción irreversible del paisaje. Están también los pasivos ambientales mineros que son instalaciones que contienen efluentes, emisiones, restos o depósitos de residuos producidos por las operaciones mineras, que en la actualidad están abandonadas o inactivas, y que constituyen un riesgo permanente y potencial para la salud de la población y el ecosistema. En el Perú los pasivos ambientales generados por la minería tradicional e inventariada por el Ministerio de Energía y Minas son 850*.
Hoy en día la Gran Minería está consolidando una presencia más activa y más depredadora de nuestro territorio. Las típicas compañías del siglo XXI extractoras, despilfarradoras, abusivas, envenenadoras, que toman de las tierras su materia prima creando residuos y enviando sus productos a la biosfera y así amontonando basura nos dejan una herencia terrible de veneno y destrucción. Todos nosotros participamos también en la formación de esta basura ya que la actual civilización que posee un consumo desbocado de cosas innecesarias, colabora para que se sigan extrayendo minerales, destruyendo árboles, contaminando el agua. ¿Cuánto tiene que producir la tierra para producir un dólar para las grandes compañías? ¿Pueden hacerse productos de manera sostenible? ¿Se pueden explotar las minas de manera sostenible? ¿Se deberían de seguir produciendo algunos productos? ¿Cuántos productos relativos a la minería consumimos? ¿La sociedad actual podría vivir sin productos elaborados por la extracción de minerales? Son cosas que tiene que ser cuestionadas porque de lo contrario al final no habrá dinero en el mundo para restituir todo lo que se despilfarro y menos para anular la letalidad de los mortales elementos químicos que allí descansan, arrojados por los yacimientos mineros, siempre activos por cientos y cientos de años. Así acabará la vida.
“Al final tendremos que aceptar nuestra responsabilidad como individuos por nuestra acción colectiva del daño más amplio que generamos en nuestro planeta”
* Comprenden según el informe, 133 pasivos se encuentran en Ancash, 79 en Puno, 69 en Ayacucho, 67 en Huancavelica, 60 en Lima, 53 en Moquegua, 51 en Junín, 44 en Cusco, 43 en Apurímac, 42 en Arequipa, 40 en Pasco, 32 en Tacna, 31 en Ica, 23 en Huánuco, 22 en Madre de Dios, 20 en Cajamarca, 18 en Piura, 14 en La Libertad, 08 en Lambayeque y 01 en San Martín.

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