miércoles, 27 de junio de 2012

Barrick Gold en Lista Negra

 

Noruega ha dado al mundo una maravillosa lección de responsabilidad ética al poner en lista negra a la minera canadiense Barrick Gold, con sede en Toronto. Después de investigar la mina Porgera en Papua Nueva Guinea, el Gobierno noruego decidió excluir Barrick Gold, primera empresa aurífera a nivel mundial, de su fondo estatal de inversión, reprochando en términos suficientemente claros a la minera de llevar a cabo actividades "que implican un riesgo inaceptable de grandes e irreversibles daños al medio ambiente." 

Este fondo soberano - de un valor aproximado de 300 millones de dólares, que lo hace uno de los mayores inversores internacionales - constituyen el ahorro de los cinco millones de ciudadanos noruegos. Se invierte ahí, para las generaciones futuras, el superávit de la explotación en el Mar del Norte del petróleo y del gas natural de los que el país es gran exportador. Tiene un consejo de ética cuyas investigaciones han llevado hasta ahora al gobierno a vender acciones que poseía en 27 empresas, incluidas nueve fabricantes de bombas de racimo (la norteamericana Textron es la última en ser golpeada). Los vínculos se rompen también con empresas condenadas por violaciónes de los derechos humanos y derechos de los trabajadores. 

El valor de las acciones de Barrick que tenía el Estado noruego era de aproximadamente 200 millones de dólares. Las razones presentadas por el consejo de ética para el descarte son fustigantes: se manifestó particularmente preocupado por "la acumulación de metales pesados, especialmente mercurio, en el medio ambiente". La contaminación emitida en Porgera "puede tener graves consecuencias negativas sobre la vida y la salud". El consejo crítica "la falta de apertura y transparencia de las empresas en materia de evaluación ambiental" y dijo tener "todos los motivos para creer" que Barrick no va a cambiar nada en sus prácticas. Afirma que, debido a falta de recursos, limitó su investigación a Porgera, pero insistió en que Barrick, que tiene 27 minas en el mundo, ha sido criticada en varios países por su falta de preocupación por el desarrollo sostenible. 

Es más. La ONG MiningWatch Canadá tiene mucho que decir sobre esto. Barrick es la empresa que demanda por seis millones a los autores del ensayo quebequense titulado Canadá Negro, un libro que critica fuertemente la conducta de las mineras canadienses en África. A los cargos bien documentados que le hace el Gobierno noruego, Barrick ha respondido con su impenitencia habitual. 

El problema es que la política de Oslo es un ejemplo de ética. En otros países, incluyendo Canadá donde tienen sede un gran número de direcciones de las empresas mineras, la tendencia grave entre nuestros gobiernos no es ni la coacción ni el castigo, es la aprobación provisional de tímidos principios no vinculantes. Y, por tanto, ineficaces. El mundo sería mejor si se diera el trabajo de ser un poco más noruego. 

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