sábado, 23 de junio de 2012

Rio+20 consensúa un documento que suma críticas de los ambientalistas

Jueves, 21 de junio de 2012
No asistieron Estados Unidos, Rusia, Alemania y Japón, potencias industriales a las que la mayoría de los países reclaman fondos multimillonarios para mitigar el efecto de calentamiento global que generaron. 





Una manifestante escribe en una pancarta de 150 metros de largo instalada sobre las veredas de Copacabana.





Río de Janeiro.- Los movimientos participantes de la Cumbre de los Pueblos realizaron hoy una asamblea para consensuar un documento que presentarán ante el plenario de la conferencia de Naciones Unidas Río+20, que mañana deberá convalidar el texto oficial considerado “lavado” por los ambientalistas y “exitoso” por expresar el acuerdo posible entre las naciones.
A Río+20 no asistieron Estados Unidos, Rusia, Alemania y Japón, potencias industriales a las que la mayoría de los países reclaman fondos multimillonarios para mitigar el efecto de calentamiento global que generó su desarrollo económico.
La mayoría de los estados presentes en la cumbre integran el Grupo77, que expresó “la decisión de asignarle más recursos presupuestarios a la cuestión ambiental”, afirmó hoy la subsecretaria de Política y Planificación Ambiental, Silvia Révora, integrante de la delegación argentina.
Durante la presentación a la prensa en el marco de la cumbre de la “Declaración de Buenos Aires” -un documento elaborado por los ministros de ambiente de los países del Mercosur más Chile-, Révora enfatizó que “el liderazgo de Brasil salvó a la cumbre” del fracaso.
Para la funcionaria, el documento final, que será convalidado por los Jefes de Estado mañana, “marca un éxito de los países en desarrollo y del G77, contra quienes querían responsabilizarnos del deterioro ambiental planetario”.
“Tanto en Argentina como en Latinoamérica estamos de acuerdo en que las responsabilidades son comunes a todo el mundo pero diferenciadas, más graves en cuanto a los países desarrollados, y ese es el espíritu que prima en el documento final. Quienes dicen que la cumbre fue un fracaso habla por los intereses de los países centrales”, sostuvo.
En la misma línea, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, durante su exposición ante la asamblea plenaria, presentó un gráfico donde explicó que “el 20 por ciento de los países más ricos del mundo emite el 60 por ciento de las emisiones de monóxido de carbono, uno de los principales causantes de la contaminación en el mundo”.
En tanto, “el 20 por ciento de los países más pobres emiten menos del uno por ciento. Es decir, la relación es de 83 a 1. Por cada tonelada monóxido de carbono que los países más pobres emiten, los ricos emiten 83”, añadió.
Correa manifestó desde la Cumbre que es “imprescindible un cambio en la noción de desarrollo, la noción del buen vivir es lo que proponemos”.
En este sentido, señaló que su país propuso “una Declaración Universal de los Derechos de la Naturaleza para ese buen vivir. Si no hay acuerdos vinculantes no estamos avanzando en gran cosa”.
Poco antes, su par boliviano, Evo Morales, había instado a los países a defender sus recursos naturales de las intenciones de las naciones desarrolladas.
“Entendemos que la economía verde es el nuevo sometimiento de los países a los gobiernos capitalistas. Es un colonialismo de la naturaleza que mercantiliza las fuentes naturales de la vida”, sostuvo y opinó que “la vida no es un derecho sino un negocio para el capitalismo que usa el medio ambiente en esta conferencia”.
Los países occidentales destruyen “implacablemente el medio ambiente y se enriquecen en medio a la orgía depredadora”, a la vez que “obligan a los países en desarrollo a ser sus guardabosques pobres”, enfatizó.
Morales consideró que la “economía verde” tal y como se discute en la cumbre constituye un “ambientalismo capitalista” usado por “los países del norte” como “estrategia imperial que califica y cuantifica cada río, cada montaña, cada lago, cada selva, lo traduce en dinero, en ganancia empresarial, y lo resguarda para su mejor apropiación, para que le dé más réditos económicos”.
En tanto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, elogió hoy el documento final, al sostener que el texto “contiene grandes paquetes y es muy ambicioso y práctico para el desarrollo sostenible”.
Otro de los oradores de la jornada fue el presidente de Cuba, Raúl Castro, que pidió un urgente cambio en el planeta, en el que “la inteligencia y la sensatez se impongan a la irracionalidad y la barbarie”.
Castro repitió el mensaje de su hermano Fidel, que “hace 20 años, en este mismo lugar”, durante la Cumbre de la Tierra de Río `92, dijo: “Hay una importante especie biológica que está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva reducción de sus condiciones de vida: el hombre”.
Separadas por 30 kilómetros, las cumbres de Los Pueblos y Río+20 no tuvieron contacto, salvo por el hecho de que algunos emisarios cruzan de un lado a otro pedidos, reclamos o alguna propuesta.
La multitudinaria marcha que anoche recorrió el centro de Río de Janeiro pareció haber ocurrido en otra dimensión a la del clima cansino de los cabildeos de la cumbre de Naciones Unidas.
“Marchamos desde distintos lugares de la ciudad y logramos que muchos jóvenes participaran, lo que es importante porque están sabiendo que necesitan un país y un mundo sustentable, y están luchando por eso”, dijo Amandinha Bellettini, estudiante carioca.
“Dilma impulsó el código forestal -que procura limitar la deforestación de la selva por el corrimiento de la línea agrícola- y gira dinero para cuidar nuestra Amazonía”, reivindicó.
La variedad de movimientos -mujeres, agricultores, indígenas, ambientalistas- lograron reunir “calculo que entre 30 y 50 mil personas, que llegaron hasta un punto en que la policía cortó el avance, hubo forcejeos, pero fue un éxito que coronó la Cumbre de los Pueblos, a la que todos llegaron de a grupos, y se van unidos por una misma razón”, celebró.

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