domingo, 21 de octubre de 2012

Lo que faltaba Proyectos de Mineria submarina ...




tecnologia
Al parecer la carrera por explotar la minería submarina ya ha empezado. La compañía Nautilus Mining estaría adaptando equipo y técnicas desarrolladas en la industria petrolera y de gas para acometer operaciones de minería a 1.600 metros de profunidad en Papua Nueva Guinea. Por supuesto las máquinas, que trabajarían a una presión enorme, serían controladas desde la superficie con un buque de apoyo, que ya se está construyendo y estará listo para 2013.




tecnologia




Arranca la minería submarina con la primera concesión del mundo, en Papúa-Nueva Guinea  Exploración de una chimenea hidrotermal y las especies asociadas por científicos del Censo de la Vida Marina.- MARUM/UNIVERSITY OF BREMEN La minería comercial en el fondo marino ha arrancado con la primera concesión que se da en el mundo, que es para explotar un yacimiento de oro y cobre a 1.600 metros de profundidad en aguas de Papúa-Nueva Guinea. La empresa que lo ha obtenido, tras varios años de prospecciones y estudios medioambientales, es Nautilus Minerals , con sede en Toronto, que quiere iniciar la explotación de Solwara 1 en los próximos años. El permiso de explotación minera del Gobierno de Papúa-Nueva Guinea concede a Nautilus el derecho exclusivo durante 20 años a importar y construir el equipo necesario y a extraer, procesar y vender los minerales extraídos, según el proyecto presentado por la empresa. La concesionaria calcula que el yacimiento es de 2,2 millones de toneladas, de las cuales 870.000 toneladas tienen un 6,8% de cobre y 4,8 gramos por tonelada de oro, entre otros metales de interés económico. Se trata de un depósito de sulfuros polimetálicos, uno de los dos tipos de yacimientos cuya exploración, que no explotación, en aguas internacionales ha regulado ya la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA). Hasta ahora han pedido permisos de exploración China y Rusia. Los depósitos de sulfuros polimetálicos están asociados a las chimeneas hidrotermales que siembran el fondo del mar, habitualmente a gran profundidad y en zonas volcánicas. En estas chimeneas, desconocidas hasta hace unos 30 años, existe una rica y exótica fauna. Para la estadounidense Cindy Lee Van Dover y muchos otros especialistas que han estudiado estos ecosistemas, es imprescindible retrasar la explotación comercial en aguas internacionales hasta que exista un marco conservacionista legal. Van Dover, una prestigiosa científica, reconoce en un artículo en la revista Nature que trabaja para Nautilus, y que cree que así puede avanzar en sus investigaciones del fondo marino al tiempo que apoya la elaboración de los planes de gestión medioambiental de las explotaciones mineras de esta empresa. "Como parte de sus planes de mitigación, Nautilus Minerals ha delimitado una zona de reserva temporal de un tamaño y unas características parecidos a Solwara 1 para que sirva como fuente para la repoblación del área minera [cuando se cierre la mina]", señala Van Dover. En los fondos oceánicos, que suponen dos terceras partes de la superficie terrestre, están, totalmente inalterados, depósitos minerales que contienen la misma proporción aproximada de los 103 elementos químicos conocidos, entre ellos metales de interés económico cuya demanda ha subido mucho en los últimos años.   Mapa del yacimiento submarino Solwara 1 en aguas de Papúa-Nueva Guinea, elaborado por la empresa Nautilus Minerals.- NAUTILUS MINERALS fuente:http://antiguaymedieval.blogspot.com     

Malvinas ¿Rumbo al paradigma Nautilus Inc.? Avatar en el fondo del Mar

(FNM) La reciente presentación realizada ayer por nuestro país ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC) de las Naciones Unidas responde no sólo a la abstracta protección de uno de los intereses permanentes de nuestro país, sino y fundamentalmente a la concreta y tangible protección del universo de posibilidades que se abren en torno a la minería submarina y explotación de recursos metalíferos en las próximas décadas en nuestra plataforma continental. Por Juan Recce*
Malvinas es una pulseada de alto valor estratégico que debe jugarse hoy: nuestra performance industrial del futuro es lo que está en y junto con ella el rol de nuestro país en el sistema productivo mundial. El Reino Unido encabeza la lista de países con capacidad de extraer minerales en el fondo mar. Hoy, esto es una realidad palpable, no una posibilidad. La británica Nautilus Minerals Inc. tiene el monopolio tecnológico global de la minería submarina.
Nautilus sólo en territorios Commonwealth, y por ahora en la zona de Pacífico. ¿Hacia dónde puede expandirse Nautilus? La mayor concentración de territorios coloniales británicos (no soberanos) está en el Atlántico Sur. Allí no se pagan regalías, ese es el próximo escenario de Nautilus.
La visita del HMS Dauntless de la Royal Navy forma parte de la habitualidad del poder inglés en el Atlántico Sur destinado a la custodia de las riquezas subyancentes en el sistema Malvinas-Antártida. El mensaje es y la superioridad de su poder duro nos interpela al igual que la capacidad de expansión tecnológica del capital privado ingles. Nautilus y el HMS Dauntless nos interpelan a repensar, sobre la base de nuestras propias capacidades reales, no las deseadas, paradigmas superadores de ocupación científica del espacio. Hoy, nuestra avanzada en Malvinas podría ser el CONICET.
Nautilus Minerals Inc. es un poderoso consorcio minero anglosajón que tiene el monopolio tecnológico global de la minería submarina. Por si sólo está desplazando la frontera de lo posible en relación a la producción y generación de minerales críticos para nuestro modo de subsistencia en el Siglo XXI.  Nautilus invierte miles de millones de dólares en innovación  es una versión de la película “Avatar” pero en el fondo del Mar.
Es que en el fondo del mar hay cerca de setenta veces más minerales que en las tierras emergidas. Estamos hablando de oro, plata, zinc, cobalto, cromo, hierro, lantánidos, titanio, platino, níquel, molibdeno, vanadio, calcio, aluminio y cobre, sólo para empezar.
Se trata de una avanzada del mundo anglosajón sobre la última frontera de los recursos, allí donde la clave es poder tecnológico y poder militar. Hoy Nautilus sólo opera en territorios Commonwealth, donde la Reina Isabel es Jefa de estado o equivalente, a excepción de los oceánicos en las cercanías de Hawaii. Todo indica, que pronto estarán en los territorios de ultramar. De momento llevan adelante una estrategia de expansión empresaria fatto in casa. Capital anglosajón y territorios de explotación anglosajones: Papúa New Guinea, Islas Salomón, Fiji y Nueva  Zelanda, donde la reina Isabel II es Jefa de Estado, en Tonga, miembro del Commonwealth y en Vanuatu ex condominio colonial anglo-francés.
En estos territorios han sido estratégicamente seleccionados por estar sobre el denominado “cinturón de fuego del pacífico”, la falla tectónica donde se registra el 70% de la actividad geológica planetaria. Allí está la mayor concentración de minerales del mundo.
Cerca del 60% de las acciones de Nautilus operan fundamentalmente en Londres, aunque también en Nueva York y Johannesburgo, las restantes acciones están en manos de empresas, todas ellas, vinculadas a negocios ingleses en el mundo anglosajón.  La rusa Metalloinvest Holding que opera desde Chipre, también del Commowealth, principal accionista corporativa (21,0%); la anglo-sudafricana Anglo American , cuarto productor mundial de hierro (11,1%); Mawarid Minería LLC (9,98%) oriunda de Omán, enclave colonial británico hasta 1970 y hoy paraíso financiero e hidrocarburífero que cuenta con el Reino Unido como su mayor socio comercial; y la canadiense Teck (5,4%).
Nautilus esta ramificada en un poderoso consorcio de empresas tecnológicas anglosajonas, entre las que se destaca Soil Machine Dynamics, estrella del complejo industrial-militar-financiero inglés. A este selecto grupo se suman socios del talante de General Electric, Ocean Floor Geophysics Inc., Cellula Robotics Ltd., las dos  últimas esclavas de corporativas de Nautilus.
El próximo escenario de Nautilus puede ser el Atlántico Sur. La falla del atlántico forma una especie de “J”, justamente allí, donde están los territorios británicos de ultramar: Ascensión, Santa Helena y Tristán Da Cunha, y cerca Islas Georgias y Sándwich del Sur y Malvinas. La “J” del Atlántico es una zona de una respetable actividad geológica.
Nuestro país está en capacidad de iniciar ese camino, en un esfuerzo conjunto entre el CONICET, el Ministerio de Ciencia y Tecnología y Fabricaciones Militares. Nuestra vanguardia en Malvinas debe ser en el CONICET. En el Atlántico Sur se dirime el futuro de nuestra economía real y de nuestra matriz tecnológica autosuficiente.
Brasil inició su fase submarina con la explotación de fosforitas su camino hacia la minería oceánica. Petrobras aprovechó su know how off-shore y Brasil logró controlar el mercado nacional de fertilizantes, insumo crítico para el rubro agroproductor, responsable del 55% de su PBI. La hoja de ruta esta a la mano y cerca de casa.
Nuestro desafío político nacional y regional es impedir que condicionen geopolíticamente el futuro de nuestro autonomía industrial, de eso estamos hablando.
* Juan Recce es Director Ejecutivo y Miembro Fundador del Centro Argentino de Estudios Internacionales www.caei.com.ar; Director de la Iniciativa Pueblos por Malvinas www.pueblospormalvinas.com; Candidato a Doctorado en Ciencias Sociales (UBA). Magíster en Defensa Nacional (EDENA).  Profesor graduado en Filosofía (UCA) y Lic. en Relaciones Internacionales (UAK). Autor del libro “Poder Plástico”, IPN, Bs. As, 2010. Docente en la Escuela Superior de Guerra Conjunta de las FFAA, en el Máster de Inteligencia Estratégica de la UNLP y en el Instituto de Inteligencia de las FFAA.
15/08/12
FUNDACION NUESTROMAR

No hay comentarios:

Publicar un comentario